miércoles, 28 de enero de 2009

EL BREAD AND BUTTER SE VA A BERLIN

Gema Castellanos, periodista y directora del portal informativos.net, nos explica con claridad los motivos de la deserción del Bread and Butter a Berlín. Más claro: agua.

EL BREAD AND BUTTER SE VA A BERLIN Y LOS POLÍTICOS LOCALES, A OTRA COSA, MARIPOSA . by Gema Castellanos
Se va. El Bread and Butter, el fenómeno aglutinador del estilo de vida más 'trendy' nacido en Europa, vuelve a Berlín dejando a Barcelona con su sol, su mar, su orgullo de ciudad imprescindible... y dos palmos de narices. Bien es verdad que el “circo” 'fashion' germánico es libre de irse al ser una iniciativa privada; pero habrá que rascar, y mucho, en los verdaderos motivos de esta huida.

Porque, sinceramente, las explicaciones de nuestros políticos locales no nos convencen. Y es que no son ni siquiera explicaciones, sino excusas y amenazas de colegial al estilo “ya veréis lo mal que les va fuera de Barcelona” o “no os preocupéis, que nosotros podemos hacer algo mejor. No los necesitamos para nada”. Al señor Huguet, Conseller de innovación, quién al respecto lo único que ha manifestado es que “es una feria que llegó sin cobrar nada y se va sin cobrar nada”, habría que recordarle que el impacto económico directo del Bread and Butter en la ciudad se ha estimado en cien millones de euros, nada despreciables; esto sin contar con la proyección internacional de la zona que la feria aporta, todo sin la necesidad de enviar a Carod Rovira a New York a decir cosas tan demagógicas y obvias como que “en un momento global de crisis los países tienen el deber de abrirse al mundo para hacerse más visibles y buscar todas las oportunidades de ser un actor internacional”, y sin que nos cueste nada, como dice Huguet. La visibilidad se consigue apoyando manifestaciones internacionales creativas, ya lo demostraron los Juegos Olímpicos, no abriendo oficinas que luego sirven para menos y cuestan más, aunque esta medida tampoco sea criticable.
A juzgar por las declaraciones de nuestros políticos, la dejadez se ha apoderado de nuestras instituciones. Pareciera que para ellos la palabra negociación equivaliera a “bajada de pantalones” y la pérdida de oportunidades fuera producto de que en el exterior no se comprende nuestra supremacía. Perder el Bread and Butter supone mucho más que dejarse escapar una feria que no se ha subvencionado, como afirma Huguet, argumentando algo así como “que nos quiten lo bailado porque no nos ha costado un duro”. Si el Bread and Butter se va la responsabilidad política es más que evidente, muy a pesar de que todos estaríamos de acuerdo en que jamás aceptaríamos chantaje alguno por parte de sus gestores para que se quedara. La opacidad y el oscurantismo por parte de las autoridades locales a la hora de informar, ya que se han dedicado a levantar cortinas de humo, nos da rienda suelta para la especulación.
Lo cierto es que parece que no ha habido negociación alguna o al menos ni ha trascendido ni se había anunciado. Pero por otra parte, tampoco podemos creernos el hecho de que sobre un tema tan importante para Barcelona como ciudad de tendencia no ha habido ni discusiones ni debates entre la Fira, El Ayuntamiento, la Generalitat y Frank Heinz-Müller, presidente del BBB. Más bien apostamos por el secretismo antes de vernos obligados a apoyarnos en la falta de negociación y empeño o la apatía y la dejadez de nuestros dirigentes. ¿Qué es lo que no sabemos?.En cualquier caso ya hemos perdido el Bread and Butter y, como ya ocurrió con la Pasarela Gaudí, no existe un plan “B”. Mal asunto. Y lo ha perdido la ciudad, porque las marcas lo seguirán allá donde vaya. Las marcas, la prensa de moda, los cazadores de tendencias, los “fashion victim” y ¡otros!… que no es moco de pavo. Y así hasta más de cien mil personas que siguen este fenómeno de tendencia que se ha convertido en un estilo de vida.El Bread and Butter vuelve a su ciudad natal habiendo triunfado fuera de su país y registrado un fuerte crecimiento gracias a un modelo de negocio innovador, bien gestionado -incluso rigurosamente gestionado- y necesario en el difícil mercado de las firmas globales -no nos vayamos a creer que su éxito se ha debido pura y exclusivamente a la buena estrella barcelonesa, no seamos pretenciosos- y Berlín lo recibirá como se merece y lo engrandecerá, seguro. Convertida en centro europeo de arte, diseño y tendencia además de en destino fundamental para los más 'fashionistas' y punteros, Berlín se está convirtiendo en una clara competidora en cuestión de vanguardias gracias a su extraordinaria emergencia. Los que argumentan el frío como 'handicap', diremos que Berlín sabe metabolizarlo y transformarlo en algo agradable y lúdico. Y si no lo creen, paseen por la avenida Ku´damm o visiten las playas urbanas. Excusas. Perder el Bread and Butter no es ninguna broma y la explicación del por qué ha ocurrido requiere de más responsabilidad política y menos soberbia, ya que el efecto negativo tanto en la imagen y promoción de la ciudad como en su balance de cuentas es muy alto. Gema Castellano

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